En Manta terminé de desandar un camino.
Como cuando se desteje un sweter punto a punto y se vuelve al ovillo, al hilo: a la oveja.
Como cuando se intenta reconstruir el dibujo que une un punto con su punto predecesor.
Yo trabajaba con las huellas del oficio, el olor del aserrín cuando está naciendo, las gotas resinosas de un árbol que hechas escamas se disolvían en alcohol para volver al árbol muerto (¿para conservarlo?)
Fui a San Martín para conocer lo que todavía no es madera.
Lo que no está seco
que no es talla,
que no está lustrado,
que no es útil,
que no está construido ni diseñado.
Fuí a San Martín de los Andes a ver el bosque,
y no lo sabía.
Llegar fue ralentarme:
d-e-j-a-r—e-l—p-r-o-y-e-c-t-o—p-a-r-a—s-e-r—e-s-p-o-n-j-a.
Visité un aserradero.
Estuve dentro del primer anillo con un microscopio.
Vi el árbol y la sierra -corrijo- vi máquinas hacer un corte irreversible entre lo natural y lo humano.
Me llené los ojos de ese gesto ínfimo y perverso de apropiación.
Y me fui rumiando.
Había presenciado el aleteo de una mariposa.
Bio
Sabrina Merayo Nuñez (Tierra del fuego, 1980)
Cursó estudios de Artes Visuales, Historia del Arte y Expertizaje y Valuación de obras de Arte, interesandose especialmente en la historia y técnicas constructivas y ornamentales del mobiliario antiguo.
En el 2013 fue invitada por el Museo de Bellas Artes de Houston a participar de la Latinamerican Experience Gala, Fue seleccionada para la Bienal de Arte Joven 2013, durante el 2015 recibió una mención en el Premio Andreani 5ta Edición y fue seleccionada para Proyecto PAC, participó del Premio Itaú Artes Visuales 2015, 10 Concurso U.A.D.E Artes Visuales y el premio Fundación Williams de Arte Joven 2015.
En el 2016 realizó la residencia Manta, recibió la Beca Interdisciplinaria Cazadores y fue seleccionda en los premios Opera Prima, Itaú Artes Visuales y XX Premio Klemm.
Su obra ha sido expuesta en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Italia y Estados Unidos.
Actualmente vive y trabaja en Buenos Aires.
