Yo solo quería ver lo que había adentro.
1.
Me encuentro en San Martín de los Andes. Vine con una idea precisa: ingresar al bosque alterando su código cromático con la presencia de una obra. Esta obra se desprende del concepto que vengo trabajando acerca de indagar en el interior de las cosas. Proponiendo «otros modos de ver» esos interiores que están ocultos, los revelo asignándoles formas y colores que evocan interiores carnosos, frondosos, contenidos por formas que no terminan de decirnos exactamente qué son.
2.
Salgo a buscar materiales. Llovizna y hace frío. Estoy muy resfriada. Decido ponerme una gorra y con una manta negra me tapo prácticamente toda la cara. Sólo los ojos muy atentos. No soy hombre ni mujer. Empiezo a ver códigos cromáticos. Información que recolecto y almaceno. Combinaciones de colores, naturales y artificiales. Me digo una vez más que la naturaleza tiene las mejores combinaciones de todas.
3.
Estoy sentada en una mesa y bancos hechos con troncos irregulares, gigantes, macizos y caídos. Miro un árbol cortado en su base, de la cual brotan unas trescientas veinte ramas de diferentes tamaños, cubiertas por pimpollos de algún brote blancuzco. Los miro para no olvidármelos, porque en la foto salen muy lejos de la realidad. Imagino que este es mi taller. Afuera. Donde puedo caminar y ver, entre otras cosas, lo que hay adentro.
BIO
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