Me interesa que mi escritura refleje cómo las personas se vinculan a un espacio-tiempo determinado, ya que somos un flujo constante de intercambios con lo que llamamos el afuera.
Escribir todos los días, pero no todo el día. Observar, conversar, caminar, transitar la experiencia como el viaje que, en definitiva, es. Y sobre todo, compartir con otros residentes nuestras historias, esas donde anida la ficción. Contrapuesta a la escritura urbana, con otro ritmo, extensión espacio-temporal y contenidos, buscar/encontrar una poesía que sea como el tiempo de la naturaleza, manifestado en palabras.
Materiales o herramientas: Notebook, cuadernos y libros de los autores: Henry D. Thoreau, Walt Whitman, R.W. Emerson. También libros del filósofo Byung-Chul Han: El aroma del tiempo, La salvación de lo bello.
El bosque como principio de escritura, pero más que nada como metáfora de la muerte y la vida, como apertura liminar hacia un encuentro fortuito que en cada artista fue diferente. En mi caso, la comunión con el bosque como universo perdido y ahora reencontrado de mi infancia, de los primeros cuentos que lo tuvieron como escenario. Caminar ese lugar como inspiración y potencia creadora.
Las historias que suceden fueron afectadas por los lugares y por las personas.
La escritura fue absorbida por el bosque.
Textos producidos en MANTA . Archivo PDF : Bosquejo – Emilia Gutiérrez
Bio
Nací en Tucumán, en 1986. Licenciada en Ciencias de la Comunicación (UNT). Mi formación comenzó con la escritora María Marta Lobo. Publiqué poesía en el Periódico Artenautas (Salta) en la antología de la Editorial Raíz Alternativa (Buenos Aires) y trabajos de investigación vinculados a la poesía y estructuras del sentimiento, siguiendo los estudios de Raymond Williams. Integro la Antología de Cuentos del Bicentenario (2016). Asistí a clínicas de escritura con Juan Terranova, María Lobo, Candelaria Rojas Paz, y a seminarios con Jorge Monteleone y Dora Barrancos. Autora de los libros Bosquejo y El azúcar de la fábula. Trabajo como gestora cultural.