Proyecto: Mínimo Común – Indagación geo-coreográfica
Salí a las calles a derivar, dibujando paso a paso un entretejido invisible, que fue conformándose con las voces de los habitantes de San Martin de los Andes y sus relatos íntimos.
Interpelar a personas desconocidas, pidiendo permiso para acercarme a sus subjetividades, adentrarme en sus visiones y vivencias y realizar una construcción del imaginario que tienen los habitantes de su ciudad, su entorno, del lugar que habitan.
>> De qué color es San Martín de los Andes? ¿Con que parte de tu cuerpo relacionas esta ciudad? ¿Cómo la definirías con una palabra? ¿Y con un movimiento? Pedir me regalen un “gesto” para dejar que su cuerpo hable.
Si pensamos que cada espacio posee sus propias características topográficas, y hablamos del cuerpo como territorio: ¿Hay particularidades de ese lugar específico, San Martin de los Andes, que compartan sus habitantes y que se manifieste en sus cuerpos? ¿Hay una visión compartida? ¿Cuál es el vínculo con su corporalidad?
Mínimo Común es una acumulación de relatos y movimientos particulares.
Una indagación geo-coreográfica sobre la relación entre cuerpo, identidad y territorio.
Si tuviera que definir a San Martin de los Andes con una palabra sería: inmensidad.
Inmensidad como ilimitado, desconocido, fluctuante, sin nombre.
Inmensidad como contemplación de la grandeza, lo inabarcable.
Una inmensidad que va hacia afuera y hacia dentro de uno.
El poder de estar rodeados por una naturaleza imponente. Ver montañas que abrazan – o asfixian.
Percibir la inmensidad del bosque como un mundo sin límites donde perdernos, con un idioma desconocido.
Resonancias de esta grandeza residen en el cuerpo, bajo la piel, en su memoria ancestral.
Habitar en relación a un tiempo ajeno, natural y eterno.
Toda vez que volvemos al origen y nos precipitamos solos ante la inmensidad natural primigenia, dejando que el misterio y la maravilla asfixien el impulso de darle un nombre al mundo, es que volvemos a sentirnos inmensos